El Mito
Todo el mundo lo sabe: la meta del juego era meter la pelota por el aro.
Pues no…
El objetivo del juego era dominar la pelota, tenerla siempre en movimiento pero bajo control. El que domina la pelota, domina al contrario.
Las “Hachas”
Le tomaba años a un jugador poder estar rebotando la pelota contra los muros y taludes de la cancha, sobretodo en los rincones que forman los grandes y pesados marcadores de piedra, conocidos como “hachas”.
Hachas y Aros son los marcadores de la cancha.
En el origen, eran solo dos muros verticales y paralelos lo que constituía la cancha. Después de mucho tiempo fueron modificándose sumando distintos ángulos para devolver la pelota con efectos menos previsibles, haciendo el juego más interesante.
Siglos después se incorporaron los marcadores, monolitos tallados con muescas para poder ser empotrados y amarrados en las orillas de la cancha de manera similar a la técnica de machihembrado utilizada por los carpinteros.
Estos marcadores bellamente esculpidos formaban un recodo con la pared, un pequeño muro en cuya esquina el jugador habilidoso podía percutir la bola para mantenerla en su posesión.
Si la pelota no daba contra uno de estos marcadores, se dirigía al area contraria, en cambio si rebotaba de regreso, lo más probable es que permaneciera del lado del equipo que la había lanzado.
El surgimiento de los aros
Muchísimas generaciones jugaron a la pelota en estas canchas antes de que surgiera la ocurrencia de perforarle una cavidad redonda a un marcador. Inclusive existen algunos con dos orificios muy ajustados al diámetro de la pelota lo cual permitía determinar su tamaño y peso para los distintas variantes existentes del juego.
Era tan justo el agujero que era insólito que la pelota lo atravesara. Un aficionado se consideraba muy afortunado de haber presenciado alguna vez en su vida ese casi imposible “gol”.
La dinámica del juego
El juego se desarrollaba más parecido a la dinámica del frontón actual, rebotando la pelota contra los muros y manteniéndola bajo el control del equipo.
En una cancha podían estar colocados dos, cuatro, seis o más marcadores pero siempre en pares dado que el juego se desarrollaba en dos ejes: A lo ancho contra las paredes y a lo largo de ellas.
Los marcadores podían estar colocados muy alto o no tanto pero lejos del corredor, no había manera de acercarse, generalmente en la esquina del talud y el tablero de la cancha y el tamaño de la cavidad redonda variaba según el tamaño de la pelota. La mayoría eran movibles por lo que en ese aspecto la cancha era modular, adaptándose a la variante a jugarse.